Project Description
AUTORES | Carlos Tejada. Arquitecto. Kike Castro. Restaurador. |
CLIENTE | La Espiga 1928 S.L. |
CONTRATISTA |
Construbrik S.L. Gorka San Martín. |
LOCALIZACIÓN | C/. San Marcial nº 48. San Sebastián – Donostia |
PROYECTO | 2006. Concurso PRIMER PREMIO. |
OBRA | 2008 |
SUPERFICIE | 390 m2. |
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GASTROSUBLIME. La Espiga Bar-restaurante. 2013 Julio jueves 25. |
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Desde 1928, La Espiga es un lugar de encuentro gastronómico de referencia en Donostia. El edificio donde se ubica está en fase de reconstrucción. Sus plantas baja y sótano albergarán un nuevo local con una renovada imagen contemporánea, pensado para el futuro sin olvidar el pasado. Un lugar dedicado a los clientes habituales y a los visitantes de la ciudad, donde se sientan identificados y disfruten agradables momentos. Un local cálido y atemporal, inspirado en el paisaje, la cultura, la luz y los materiales característicos de Guipúzcoa, Donosti y sus Gentes. No sigue las modas del diseño. Un local atemporal, cálido y elegante, integrado por el arte. La planta baja es un homenaje a la provincia, la planta sótano a la ciudad y el reservado a los clientes y propietarios.
En planta baja: Se continúa el pavimento blanco de la calle. El techo y la pared de la barra se forran en madera natural, con formas estratificadas que recuerdan los acantilados guipuzcoanos. La escultórica barra de hierro oxidado en el bar y el botellero retroiluminado, nos acompañan desde la calle al interior del local. Seis reproducciones de los murales de Sert en San Telmo simbolizan los seis ríos que conforman Guipúzcoa. Al fondo, un mural alegórico al Cantábrico, obra de Eduardo Chillida Belzunce, se prolonga al sótano por un patio de luz natural.
En planta sótano: Se recrea el ambiente de una sociedad gastronómica, elemento cultural y social característico de la ciudad. Una escalera de chapa oxidada organiza el espacio. La cocina se integra al restaurante. Los baños separan un salón privado de juegos con acceso directo a la calle. El reservado con mobiliario polivalente, está presidido por un mural obra del artista Eduardo Laborde. El suelo continuo está compuesto con el otro pavimento característico de la ciudad: la arena de la playa de la Concha.